Hacer el amor es como estar naciendo.
Es amanecer en todo el cuerpo.
Es no tener pasado ni recuerdos.
Es ceñirse a la piel que enguanta la carne estremecida,
el grito, el mar bullente, las rítmicas oleadas de la sangre,
la torva oscuridad de los abismos,
las barcas sin amarra, la lava del volcán,
el rosal florecido, la voz ronca que murmura palabras...

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